Suponemos que aun hay
algo donde ya no hay nada, suponemos que ese beso es el verdadero, suponemos
que él también piensa en ti todos los días... Yo ahora he abierto los ojos, y
me he dado cuenta de que no todo es lo que parece, de que la gente no tiene el
derecho a hacerte daño, de que he tenido tanto miedo de las cosas malas, que me
he perdido las buenas. Vale que son buenos tiempos para los soñadores y yo
tengo una gran imaginación, pero a veces necesito que las cosas ocurran de
verdad, que las palabras sean sinceras. Piénsalo, si te pasas la vida
recordando, no te queda tiempo para vivir, y sabes qué? esta vez no permitiré
que nada ni nadie vuelva a hacerme daño, no me voy a quedar sentada esperando a
que ocurra lo que a lo mejor nunca va a ocurrir, no voy a dejar que nadie me
tome el pelo. ¿Y sabes porqué? Porque en todo este tiempo he aprendido que la
vida no consiste en esperar a que pare la tormenta, consiste en aprender a
bailar bajo la lluvia.
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